Vol.2 Nro. 42 (2018) abril – junio págs.[48 -60] http://atenas.mes.edu.cu

Las competencias como configuración de la personalidad reflexiones desde la formación de docentes en Cuba

Competences. Some reflections on its shaping of human personality in the process of teachers training in high education

Artículo de investigación

Reinaldo Néstor Cueto Marín1
reinaldo.cueto@upr.edu.cu
Yadyra de la Caridad Piñera Concepción2
yadyra.pinera@upr.edu.cu
Ivón Bonilla Vichot3
ivon.bonilla@upr.edu.cu

RESUMEN

El objetivo del artículo está centrado en reflexionar acerca del origen y definición del término competencia como configuración psicológica en la formación del profesional de la educación superior, para lo que se emplea el método de análisis documental, y el procedimiento analítico sintético. Se constata que existe una gran dispersión conceptual de este término y que se debe continuar avanzando en sus fundamentos epistemológicos desde la psicología, la pedagogía y la didáctica, pues existen dudas en cuanto a la posibilidad de realizar un trabajo didáctico desde la dirección del proceso de formación de docentes universitarios en el contexto cubano.

ABSTRACT:

In This paper is made a study of the origins and theoretical bases of competence and the diversity of criteria in its definition. At the same time, the authors enquire the definition of the term competence as shape of human personality. The aim of the article is focused on reflecting about the origin and definition of competence as shape of human personality in professional teacher`s training in Cuba. The authors use documentary analysis method, and synthetic analytical procedure. It is checked that there are a big conceptual spreading of this term and it is necessary to continue studying in epistemological foundation in pedagogy, psychology and didactic contexts, because there are a lot of doubts dealing with achieving a didactic approach in managing pedagogic process of teachers formation in Cuba.

Palabras clave: competencia, configuración de la personalidad, formación profesional, educación.

Keywords: Competence, configuration of personality, professional teacher`s training, education.

INTRODUCCIÓN

El enfoque de la formación basada en competencias ha alcanzado elevados niveles de elaboración teórica, con una creciente implementación práctica, en el contexto latinoamericano (Cardona, Vélez & Tobón, 2015); (Hernández, 2013); (Parra, 2015),  sin embargo, todavía el debate teórico actual está matizado por diferencias sobre todo de base filosófica y epistemológica en el que aflora una evidente contradicción entre los autores de orientación dialéctico materialista y los que asumen posiciones cognitivistas y constructivistas (Fariñas, 2011); (Rodríguez & Corral, 2013)  porque, a las diversas complejidades que ya provoca la falta de homogeneidad en la definición de competencia, se suma la complejidad de un abordaje teórico, sustentado en resultados avalados por análisis de educación comparada. Los investigadores que se acercan a este término tropiezan con una serie de interrogantes para las cuales los más avezados especialistas en el tema, todavía no ofrecen una respuesta convincente en el plano científico, sobre todo, desde el aparato categorial de la pedagogía y la didáctica, y muy especialmente, en esta última.  

Es evidente, entonces, que se impone un análisis reflexivo, al menos entre los autores comprometidos con la obra de la pedagogía cubana y sus reflexiones epistemológicas, en aras de lograr una integración con investigadores regionales que avanzan notablemente hacia una pedagogía y didáctica de la formación por competencias, a partir de intercambios científicos sistemáticos.

Más allá de opiniones divididas, es importante el estudio de las competencias porque resulta imprescindible un grado de actualización y encuadre permanente del profesional de la educación, que vaya a tono con las tendencias internacionales, pues, no es menos cierto, que en los últimos años, el empleo del término se ha multiplicado crecientemente en Latinoamérica, sobre todo en Cuba. A esto se añade que se consideran más acreditables o certificables los títulos de los egresados de un currículo diseñado por competencias.

En el contexto cubano resultan fortalezas indiscutibles para el abordaje de la problemática planteada, en primer lugar los  basamentos; filosófico, al reconocer la educabilidad y perfectibilidad del hombre; sociológico; que reconoce el papel de la socialización y las agencias socializadoras y psicológico;  pues según la concepción que se tenga del desarrollo psíquico se procederá en la teoría y la práctica pedagógica en la que se defiende  la formación integral de la personalidad en un contexto histórico determinado, y segundo, el hecho de que la tradición pedagógica cubana más fecunda ha puesto de manifiesto lo instructivo y lo educativo como una dualidad inseparable, en la que dato, conocimiento y hecho, se entrelazan con los sentimientos y los valores, lo que se evidencia en la unidad de la instrucción y la educación como uno de los principios de la pedagogía como ciencia (Chávez, 2005).

De igual forma, desde la psicología se han realizado importantes aproximaciones al estudio de la personalidad al concebir la integración de sus dos grandes esferas: inductora, o afectivo motivacional y ejecutora, o cognitivo instrumental, reconociéndose como principio, el de la unidad de lo afectivo y lo cognitivo (González, 2006).

En este artículo, los autores se han propuesto reflexionar acerca del origen y definición del término competencia como configuración psicológica.

METODOLOGÍA

Se ha realizado un estudio teórico empleando como método el análisis documental visto este como “un proceso basado en la búsqueda, recuperación, análisis, crítica e interpretación de datos secundarios, es decir, los obtenidos y registrados por otros investigadores en fuentes documentales: impresas, audiovisuales o electrónicas”. (Árias, 2012, Pág. 5).

Se revisaron un total de 22 obras de autores reconocidos a nivel internacional, de las cuales, el 55 % corresponde a los últimos cinco años y las restantes representan las diferentes etapas de la evolución histórica en el estudio de las competencias relacionadas con su origen, definición y bases teóricas. De igual forma se analizaron los criterios de autores que se pronuncian por ubicar la competencia como configuración psicológica de la personalidad, todo lo anterior permitió realizar la discusión correspondiente, así como el arribo a conclusiones.

De igual forma se emplearon el análisis y la síntesis, visto el primero como “la separación de las partes de esos problemas o realidades hasta llegar a conocer los elementos fundamentales que los conforman y las relaciones que existen entre ellos” (Méndez, Manrique & Molleda, 2013, Pág.1), mientras que la síntesis es “la composición de un todo por reunión de sus partes o elementos, que se puede realizar uniendo las partes, fusionándolas u organizándolas de diversas maneras” (Méndez, Manrique & Molleda, 2013, Pág. 1)

RESULTADOS

Las razones expuestas anteriormente condujeron a los autores al esclarecimiento de los orígenes y las bases teóricas de las competencias, por lo que a continuación se exponen los resultados de un análisis realizado desde el Centro de Estudios Pedagógicos para la Educación General (CEPEG) de la Universidad “Hermanos Saíz Montes de Oca”, de Pinar del Río, Cuba.

Orígenes y bases teóricas de las competencias

En el año 1937, el sociólogo norteamericano Talcot Parsons, creador de la teoría de la acción social, introduce el concepto de logro, orientado a la valoración de las personas por la obtención de sus resultados concretos. (Parsons, 1937) Posteriormente el psicólogo estadounidense (McClelland D. , The achieving society, 1961) desarrolla la teoría de la motivación de logro y en su estudio sobre la sociedad del logro (McClelland D. , 1961), y se refiere a la competencia en el sentido de que el éxito de los triunfadores es posible gracias a  sus características personales, más allá de su rendimiento, su currículum, o los resultados de cualquier tipo de test, aspectos que favorecieron la mentalidad de triunfo como componente inseparable del American Way of Life.

Más tarde en la década de los años 70, el lingüista y politólogo norteamericano Noam Chomsky emplea el término competencia lingüística como la capacidad de hablar, centrando la atención en operaciones gramaticales interiorizadas que se van activando en la medida en que se desarrolla la capacidad coloquial de las personas (Chomsky, 1972), lo que ubica a la competencia como una estructura mental que la persona posee por predisposición genética y que se debe activar mediante el desempeño comunicativo, de lo que se infiere una necesaria relación entre desempeño y competencia.

Por otra parte, las bases teóricas del enfoque por competencias encuentran un sustento en la teoría de las inteligencias múltiples en su dimensión cognoscitiva (Gardner, 1987).

En 1990 el Proceso de Bolonia crea un espacio europeo de enseñanza superior cohesionado, competitivo y atractivo, que facilita la movilidad de los egresados de las universidades de la emergente comunidad europea, otros ven la inteligencia práctica como la capacidad para desenvolverse inteligentemente en diferentes situaciones de la vida en función de solucionar problemas sin la necesidad de mucho análisis y razonamiento.

En 2005 la  Convención de Tunning Europa y posteriormente Alfa Tunning para  América Latina, se han pronunciado sistemáticamente por la contribución al sistema de acumulación y transferencia de créditos, lo que ha tenido su concreción en el proyecto “Definición y Selección de Competencias” (DeSeCo), que promueve la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) (Socrates-Tempus, 2016); (Pereyra, Kotthoff & Cowen, 2013); (Turpo-Gebera, 2013).

Otro de los autores que ha incursionado sistemáticamente en el tema al fundamentar el enfoque por competencias es (Tobón S. , 2006), quien articula el tema de las competencias con el pensamiento complejo y en el propio texto señala que “la psicología cultural le ha aportado al concepto de competencias el principio de que la mente y el aprendizaje son una construcción social y requieren de la interacción con otras personas, estando la idoneidad influenciada por el mismo contexto” (Tobón S. , 2006, pág. 3).

A propósito de este destacado autor colombiano, que ha realizado diferentes aproximaciones teóricas y prácticas al tema de las competencias, resulta interesante ver cómo enmarca la competencia dentro de las aportaciones de la psicología cultural, cuando el origen del término data de la sociología y la psicología norteamericana, así como de enfoques constructivistas y conductistas con una orquestación globalizante, desde convenciones europeas que trazan pautas educativas para África, América Latina, y el Caribe, a imagen y semejanza de los sistemas educacionales primermundistas, a la manera de verdaderas camisas de fuerza, so pretexto de que los títulos de los egresados universitarios de los países tercermundistas cobren valor en diferentes latitudes y los egresados puedan emplearse y triunfar en cualquier país.

Tales reflexiones conducen a pensar en un viso ecléctico y a su vez orquestador de políticas educativas para el tercer mundo, que se alejan de la ciencia pedagógica; cuyo aparato epistemológico comprende a la educación como único objeto de estudio y contiene leyes, principios, categorías y métodos, que le dan una coherencia a la práctica formativa del contexto cubano (Chávez, 2005),  nutrido de una psicología de orientación dialéctico materialista, y por ende, vigostkiana (González F. , 2006), no suscrita a la sociedad de logro, sino por el contrario, a los más elementales derechos de igualdad y justica social, promotora de valores y contextualizado a las tipicidades autóctonas concretas de cada sociedad.

Definiciones de competencias

Partiendo de los orígenes y bases teóricas del enfoque basado en competencias, queremos hacer referencia brevemente a otro aspecto que oscurece el trabajo con este término, es decir, la diversidad de criterios en su definición. Para ello pudiera parecer suficiente el hecho de que en el ámbito lingüístico, Gloria Fariñas comenta sobre “la existencia de ciento veintitrés significados del término, lo que destaca, por una parte, el interés en la expansión del concepto, y por otra, la imprecisión en su utilización” (Fariñas, El lecho de Procusto o la convcención sobre la competencia humana, 2011, pág. 342), sin embargo, esta polisemia, injustificada en el texto científico, se reafirma al ver las definiciones que a continuación se exponen como parte del análisis que se realiza.

 

Fuente

 

Definición

 

Ámbito

Cuba. (MTSS, 1999, pág. 3)

Competencia laboral: conjunto de conocimientos teóricos, destrezas y actitudes que son aplicados por el trabajador en el desempeño de su ocupación o cargo en correspondencia con el principio de idoneidad demostrada y los requerimientos técnicos, productivos y de servicios, así como los de calidad que se le exige para el adecuado desenvolvimiento de sus funciones.

Laboral

(Tobón S. , 2006, pág. 5)

Competencias: procesos complejos de desempeño con idoneidad en un determinado contexto, con responsabilidad. 

Laboral

(Suárez. Dusú, M, Sánchez, R, 2007),

Competencia: configuración psicológica que integra diversos componentes cognitivos, metacognitivos, motivacionales y cualidades, en estrecha unidad funcional, que autorregulan el desempeño real y eficiente en una esfera específica de la actividad, atendiendo al modelo de desempeño deseable socialmente en un contexto histórico concreto.

Psicológico

México, citado por: (Valcárcel. N, Pérez, A y Porto A, 2016, pág. 24)

Competencia laboral: capacidad productiva de un individuo que se define y mide en términos de necesaria pero no suficiente por sí misma para un desempeño efectivo.

Laboral

Québec, citado por (Valcárcel. N, Pérez, A y Porto A, 2016, pág. 24)

Competencia: conjunto de comportamientos socioafectivos y habilidades cognoscitivas, psicológicas, sensoriales y motoras que permiten llevar a cabo adecuadamente, un papel, una función, una actividad o una tarea.

Psicológico

Argentina citado por (Valcárcel. N, Pérez, A y Porto A, 2016, Pág. 24)

Competencia: conjunto identificable y evaluable de conocimientos, actitudes, valores y habilidades relacionados entre sí, que permiten desempeños satisfactorios en situaciones reales de trabajo, según estándares utilizados en el área ocupacional.

Laboral

Australia Citado por (Valcárcel. N, Pérez, A y Porto A, 2016, pág: 25)

Competencia: compleja estructura de atributos necesarios y tareas para el desempeño de situaciones específicas que se corresponden con el contexto y la cultura laboral con apego a la ética.

Laboral

(Valcárcel. N, 2016, pág. 248)

Competencias: conjunto de conocimientos, atributos, valores, actitudes y destrezas que se desarrollan  a través de la instrucción formal o no formal mediante un aprendizaje significativo para posibilitar el desempeño eficaz de un individuo.

Pedagógico

(Díaz T. , 2016)

Competencias: capacidad de integrar los conocimientos, habilidades y actitudes, asociados al objeto de una ciencia o tecnología a los de lógica del proceso de formación, que le permitan al docente, interpretar, argumentar, y dar solución a los problemas del contexto socio educativo en los procesos universitarios de docencia, extensión e investigación, de forma innovadora y creativa.

Pedagógico

Tabla Nro. 1. Definiciones de competencias

De acuerdo con lo reflejado en la tabla No 1 se puede inferir lo siguiente:

En primer lugar, predomina una gran diversidad de definiciones con entradas tan divergentes como capacidades, construcción social, idoneidad, comportamiento, atributos, configuración psicológica, acciones y procesos complejos, lo que demuestra imprecisiones y dispersión terminológica.

En segundo lugar, estas definiciones hacen referencia al ámbito fundamentalmente laboral, con algunas aproximaciones psicológicas y pedagógicas, que se diluyen con formaciones psicológicas y configuraciones de la personalidad, tales como conocimientos,  habilidades, valores y actitudes con un dimensionamiento en conocer, saber, saber hacer y saber ser, equivalentes estos últimos, a los niveles de asimilación tradicionalmente trabajados en el contexto  de la pedagogía cubana, con algún intento de llegar al nivel crear, y una marcada intención de lograr un desempeño profesional eficiente.
En resumen, es un tema polémico y contradictorio, pues las competencias son identificadas con una gran variedad de términos que sugieren una clara confusión terminológica si se tiene en cuenta la cantidad de definiciones que al respecto se constatan en la literatura consultada. Estos aspectos demuestran la necesidad de profundizar desde el punto de vista teórico, en función de lograr unidad de criterios en cuanto a términos de nominación y definición, lo que ayudaría a esclarecer los aspectos de orden metodológico y prácticos existentes.

La competencia, ¿configuración de la personalidad?

Como se ha analizado ya, la competencia ha sido definida de disímiles formas, dentro y fuera de Cuba. Dentro del contexto psicopedagógico cubano actual es muy frecuente que sea considerada la competencia como una configuración psicológica, lo cual impone una reflexión a la luz de los estudios realizados en el país (González F. , 2006), en los que se redefine la personalidad como una configuración de la subjetividad individual, con carácter fundamentalmente consciente y autorregulado, a lo que le es inherente un funcionamiento que conlleva la integración de las esferas afectivo motivacional y cognitivo instrumental.

Dicho análisis para nada desconoce la existencia de las formaciones psicológicas predominantemente inductoras, o afectivo motivacionales, tales como: los intereses, los ideales, las intenciones, la autovaloración, las aspiraciones, las convicciones, la concepción del mundo y el carácter, y las predominantemente ejecutoras o cognitivo instrumentales, tales como: los hábitos, las habilidades y las capacidades (Barreras, F, 2003).

En el siguiente gráfico se ilustra esta concepción de la personalidad.

Gráfico Nro. 1. Síntesis de algunas de las formaciones psicológicas que integran la personalidad desde la división teórica para su estudio.

Sobre la base de los estudios tendientes a la integración de la personalidad, y en correspondencia con la idea de definir a la competencia como una configuración psicológica, resulta pertinente referirse a esta como “la interrelación entre estados dinámicos diversos y contradictorios entre sí que se produce en el curso de las interrelaciones sociales del sujeto a través de diferentes emociones producidas entre dichas actividades” (González F. , 2006, pág. 92), lo que propicia que estos estados dinámicos, al constituirse en sentidos subjetivos dentro de una configuración puedan generalizarse a otras configuraciones en dependencia de su fuerza y sentido en la constitución subjetiva de la personalidad, ya que las configuraciones se vinculan entre sí constantemente, lo que evidencia el carácter dinámico, complejo, irregular e individual de la configuración como unidades constitutivas de la personalidad, dado su carácter eminentemente subjetivo.

Entonces, sobre la lógica de lo planteado, la competencia vendría a “integrar” (léase sustituir) todas las configuraciones que conforman la personalidad que de hecho conviven en una intrínseca superposición afectivo cognitiva, en función de la esencia integradora de esta, tal como se ilustra en el siguiente gráfico.

Gráfico Nro. 2. Ubicación de la competencia vista como configuración de la personalidad.

DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES

En correspondencia con el análisis realizado, la competencia, sorprendentemente afloraría  como una mega categoría,  una especie de “todo incluido”, que reemplaza a la personalidad misma, desconociendo o negando categorías que durante el desarrollo secular de la psicología, le han antecedido, y han sido fundamentadas con apego a la ciencia, siguiendo el camino lógico de la evolución histórica de un aparato categorial, que no necesita de tales préstamos, pues si en ella se integran la esfera afectivo-motivacional y cognitivo-instrumental como muestra la representación (Gráfico Nro. 2) y ella dinamiza la actuación de la personalidad, y reconociendo que las necesidades y motivos que impulsan la actuación de los aprendices son tan diversas como diversos son los sujetos que las poseen, no se puede estar hablando de una competencia como se puede hablar de una habilidad con sus invariantes funcionales que no se modifican a pesar de que cambien los motivos o los interese de un sujeto a otro, ¿cómo enseñar entonces competencias cuya estructura didáctica no es posible establecerla de antemano?

En sentido general se puede concluir que el enfoque por competencias aflora como una alternativa en la formación profesional a partir de la necesidad de dar respuestas a reclamos del mercado laboral, por tanto, para emplearla eficientemente sería necesario continuar avanzando en sus fundamentos epistemológicos desde la psicología, la pedagogía y la didáctica en Cuba.

Un enfoque por competencias en el contexto de la formación de docentes en Cuba, sería posible desde el punto de vista teórico, y por supuesto, práctico, si se resolviera la dispersión conceptual de este término.

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