Prácticas participativas en la construcción del currículo institucional. Una experiencia desde la Educación Popular
Participatory practices in the construction of the institutional curriculum. An experience from Popular Education
Práticas participativas na construção do currículo institucional. Uma experiência de Educação Popular
Artículo de investigación
Jenniffer Bello Martínez1
Recibido: 2 de febrero de 2022 Evaluado: 29 de febrero de 2022
Aceptado para su publicación: 21 de marzo de 2022
Cómo citar el artículo: Bello-Martínez, J. (2022). Prácticas participativas en la construcción del currículo institucional. Una experiencia desde la Educación Popular. Atenas, Vol. 3 (59), 164-179.
Resumen
En las transformaciones educativas al horizonte 2030, uno de los temas centrales es lo referente al currículo, en particular su construcción. En correspondencia con ello el Tercer Perfeccionamiento del Sistema Nacional de Educación de la República de Cuba, propone una nueva concepción curricular que expresa como características principales del currículo: integral, flexible, contextualizado y participativo. Lo anterior apunta a considerar el currículo como resultado de un proceso de elaboración colectiva mediante prácticas participativas, horizontales y democráticas. El objetivo de la investigación es describir una experiencia de construcción del currículo institucional de una secundaria básica con la participación de la comunidad educativa. El proceso de construcción curricular se realiza mediante una metodología concebida con los sujetos participantes y que tiene como sustento la concepción metodológica de la Educación Popular. El paradigma de investigación que se elige es el cualitativo, el diseño que se adopta es la investigación -acción - participación. A partir de las experiencias vividas en la construcción del currículo, se pudo constatar que, para lograr la trasformación deseada, los sujetos deben primero desear transformarse; ellos no son solo los protagonistas del cambio, sino sus principales conductores.
Palabras clave: currículo institucional, participación educativa, construcción curricular, educación popular, metodología.
Abstract
In the educational transformations to the 2030 horizon, one of the central issues is what refers to the curriculum, in particular its construction. In correspondence with this, the Third Improvement of the National Education System of the Republic of Cuba, proposes a new curricular conception that expresses as main characteristics of the curriculum: comprehensive, flexible, contextualized and participatory. The foregoing aims to consider the curriculum as the result of a process of collective elaboration through participatory, horizontal and democratic practices. The objective of the research is to describe an experience of building the institutional curriculum of a junior high school with the participation of the educational community. The process of curricular construction is carried out through a methodology conceived with the participating subjects and which is based on the methodological conception of Popular Education. The research paradigm that is chosen is qualitative, the design that is adopted is research-action-participation. From the experiences lived in the construction of the curriculum, it was found that, to achieve the desired transformation, the subjects must first want to transform themselves; they are not only the protagonists of change, but its main drivers.
Keywords: institutional curriculum, educational participation, curricular construction, popular education, methodology.
Resumo
Nas transformações educacionais para o horizonte 2030, uma das questões centrais é o que se refere ao currículo, em especial a sua construção. Em correspondência com isso, o Terceiro Melhoramento do Sistema Nacional de Educação da República de Cuba, propõe uma nova concepção curricular que expressa como principais características do currículo: abrangente, flexível, contextualizado e participativo. O exposto visa considerar o currículo como resultado de um processo de elaboração coletiva por meio de práticas participativas, horizontais e democráticas. O objetivo da pesquisa é descrever uma experiência de construção do currículo institucional de uma escola de ensino médio com a participação da comunidade educativa. O processo de construção curricular é realizado por meio de uma metodologia concebida com os sujeitos participantes e que se baseia na concepção metodológica da Educação Popular. O paradigma de pesquisa escolhido é qualitativo, o desenho adotado é pesquisa-ação-participação. A partir das experiências vividas na construção do currículo, constatou-se que, para alcançar a transformação desejada, os sujeitos devem primeiro querer se transformar; eles não são apenas os protagonistas da mudança, mas seus principais impulsionadores.
Palavras-chave: currículo institucional, participação educativa, construção curricular, educação popular, metodologia.
Introducción
En las transformaciones educativas al horizonte 2030, uno de los temas centrales es lo referente al currículo, en particular su construcción; lo que ha propiciado según Amadio et al. (2015), pautas para una agenda curricular del siglo XXI.
Estos análisis han ocupado mayor presencia con el impacto de la pandemia COVID-19 en la educación. Como bien refiere Jabonero (2020), la pandemia ha transformado los contextos de implementación del currículo, tal es el caso de los ajustes y las adaptaciones curriculares y la contextualización necesaria, a partir del consenso de los miembros de la comunidad educativa.
Uno de los aspectos que apunta a estimular el cambio educativo en las actuales condiciones, es la construcción del currículo de la escuela, al concebirla con otra óptica, como un sistema autorregulado de dirección con base en los propios actores educativos.
En consonancia con estos debates, el Sistema Nacional de Educación de la República de Cuba trabaja en su Tercer Perfeccionamiento, el cual propone brindar soluciones con un enfoque más integral y multifacético a los problemas de la educación, lo que demanda de una transformación en el funcionamiento de las instituciones y modalidades educativas en los diferentes niveles y tipos de educación.
Particular importancia reviste la nueva concepción curricular, en la que el currículo se expresa en dos niveles: un currículo general y un currículo institucional. El currículo general constituye las aspiraciones a alcanzar, el encargo que hace la sociedad a la escuela. El currículo institucional es el que ofrece la posibilidad de tomar en consideración lo que se necesita hacer en cada escuela para poder cumplir lo que establece el currículo general (Instituto Central de Ciencias Pedagógicas [ICCP], 2020).
Concebir la escuela como espacio de construcción curricular, posibilita el cambio de un modelo centralizado en la construcción del currículo hacia uno con tendencia a la descentralización, e implica el compromiso de la escuela de conjunto con las familias y la comunidad con la formación de una conciencia cívica basada en la participación, como condición indispensable para el proyecto socialista. Este cambio precisa modificar procedimientos y formas de hacer; requiere un profundo desaprendizaje de prácticas directivas, comunicativas, organizativas y de relaciones que reproducen una educación bancaria y un modelo de escuela cerrado a la participación y a la descentralización.
De ahí la importancia de estudiar del proceso de construcción del currículo institucional con la participación, consenso y toma de decisiones de la comunidad educativa.
El ambiente o contexto donde se realiza la investigación se corresponde con la secundaria básica Olof Palme perteneciente al Consejo Popular San Agustín, de la provincia La Habana. Se selecciona esta institución educativa al formar parte, desde el curso escolar 2014 - 2015, de las instituciones experimentales del Tercer Perfeccionamiento, lo que enriquece la validez de esta investigación.
El proceso de construcción curricular
Varios son los autores que consideran la construcción del currículo como un proceso en el que las etapas de diseño, desarrollo y evaluación, están recíprocamente relacionados e integrados y en el que los sujetos implicados toman parte y colaboran (Cárdenas et al., 2021; Cervantes, 2019; Puerta, 2019; Bandera et al., 2017; Rangel, 2015). En ese caso, según el grado de centralización del sistema educativo, es que la construcción curricular puede involucrar sus tres etapas, como independientes o considerarlas como una unidad integrada, donde cada una se nutre de las demás.
Existen según Del Carmen (1990) tres modelos o formas de construcción curricular, estos son: centralizado; colaborativo, también denominado modelo mixto o con tendencia a la descentralización; y la construcción curricular como innovación centrada en la escuela o modelo descentralizado, que caracterizan las prácticas de construcción del currículo.
Del análisis sobre los distintos modelos, se pueden derivar las siguientes consideraciones. Primero, constituye una limitación de los modelos que no toman como punto de partida y guía común para construir el currículo, el fin y los objetivos de la educación, considerados demandas sociales del momento histórico – concreto y aspiración a lograr por la escuela para cumplir el encargo social que le ha sido asignado. Segundo, que aquellos sistemas educativos con tendencia a la descentralización o descentralizados, al tener como espacio válido y principal de construcción curricular la escuela, ofrecen amplias posibilidades para participar protagónicamente en la construcción del currículo.
Al considerar estos referentes, se asume la construcción del currículo como:
un proceso integral, continuo, directivo y participativo de los actores de la comunidad educativa; quienes, a partir de la reflexión crítica y el dominio que poseen sobre la concepción curricular y el diagnóstico, despliegan su autonomía y ejercen con protagonismo su derecho a participar en la planificación, ejecución y evaluación de la actividad pedagógica, en correspondencia con las necesidades del contexto local y social, para el logro del fin y los objetivos de la educación en todos y cada uno de los educandos (Bello, 2021, p.32).
Ello plantea a la institución y comunidad educativas, asumir una práctica de participación real y genuina, donde los actores reconozcan y concienticen su rol y transiten por diferentes niveles de participación hasta acceder a la expresión máxima: tomar decisiones del proceso en el que intervienen desde sus estructuras de participación.
Participación educativa
La participación en el contexto escolar implica un proceso de cooperación entre la escuela y su comunidad para compartir fines comunes, implicándose en la toma de decisiones y en las tareas que emanen de dichos fines (Balduzzi, 2021; Alonso et. al, 2020; Belmonte et al., 2020; Rivero 2013).
Así la participación educativa, como fundamenta Rivero (2021), es el proceso grupal donde intervienen los distintos actores de la comunidad educativa (docentes, familias, estudiantes y organizaciones e instituciones del entorno comunitario) para tomar decisiones sobre el proceso educativo.
Vinculado a esta categoría se encuentra el concepto comunidad educativa. En el ámbito escolar, “se conforma por un grupo de personas, organizaciones e instituciones que devienen en equipo cooperativo y asumen como compromiso colectivo la formación integral del estudiante” (Cajal, 2019, párr. 5).
Es importante destacar que ejercer la participación como derecho individual y colectivo, no se manifiesta de manera automática, es preciso que confluyan circunstancias específicas para que este ideal se exprese, se requiere determinadas condiciones para participar (Ochoa et al., 2018; Palomeque et al., 2018; Pérez y Ochoa, 2017).
El término condiciones alude al medio, la situación en que los fenómenos y los procesos surgen, existen y se desarrollan, se interpretan como causales y suficientes. Los tres elementos básicos para lograr la participación son querer, saber y poder; en ese caso constituyen “las situaciones o circunstancias indispensables de carácter motivacional, cognitivo-instrumental y organizativo que permitan la implicación de los distintos sujetos para la consecución de objetivos comunes” (Bello, 2021, p. 35).
Otro aspecto de interés es que la participación no es un estado fijo, sino un proceso en el que se expresan fases, estadios y etapas de evolución de la misma. Se han propuesto variadas tipologías que abarcan desde niveles menos comprometidos hasta llegar a la toma de decisiones. En esta investigación se asume la propuesta de Novela y Trilla (2001) al concebir cuatro clases más amplias de participación: simple, consultiva, proyectiva y metaparticipación. Estos niveles expresan cuatro maneras de participar cualitativamente distintas. Cada uno puede admitir subtipos o grados internos, según una serie de criterios o factores como implicación, información/conciencia, capacidad de decisión y compromiso/responsabilidad; según sea la resultante de su combinación se puede hablar de menor o mayor participación.
La participación de los distintos actores de la comunidad educativa se materializa en ámbitos concretos, uno de ellos es la construcción del currículo. En este ámbito de participación tienen roles que desempeñar, como responsabilidades que son asignadas o asumidas socialmente para contribuir al proceso de construcción del currículo y por ende a que la escuela cumpla con su encargo social. La participación corresponsable y consciente de los actores en el proceso educativo y en particular la construcción del currículo institucional, está mediada por relaciones de subordinación, coordinación y cooperación, las que deben caracterizarse por ser horizontales, de confianza, respeto y comunicación asertiva, que propicien el compromiso de todos por una meta común.
Componentes estructurales de la metodología para construir el currículo
La metodología se estructura en dos componentes, uno teórico, en el que queda expresado sus fundamentos los que se sustentan en la teoría marxista – leninista del conocimiento, la concepción metodológica de la Educación Popular y en la concepción sobre construcción del currículo. Se precisan como características principales: carácter contextualizado, sistémico, gradual y continuo, flexible, directivo, participativo e innovador. La ley y principios de funcionamiento, se corresponden con el sistema teórico de la Pedagogía como ciencia, y se determina su sistema categorial: currículo, currículo general, currículo institucional, construcción del currículo, participación y comunidad educativas, actores educativos, contextualización curricular, red socioeducativa.
El segundo componente, es el metodológico. En él se establece siguiendo la lógica procedimental de la Educación Popular (práctica – teorización – nueva práctica), cinco etapas con sus respectivas acciones que orientan el proceso de construcción del currículo. Las etapas se asumen como un proceso ascendente, donde se relacionan entre sí. Cada etapa inicia tomando como punto de partida la práctica educativa, se reflexiona y se construye el conocimiento a partir de la determinación de las necesidades de aprendizaje, por lo que se asume la preparación y la capacitación de los actores como un proceso permanente, que les permita volver a la nueva práctica y transformarla.
Se concibe la evaluación frecuente durante todo el proceso, como un momento de valoración colectiva, crítica y autocrítica de los actores, que permita realizar los ajustes necesarios en cada etapa. Tiene como núcleo principal la participación de la comunidad educativa, como clave esencial para lograr la necesaria y verdadera transformación que requiere la escuela, en particular la construcción del currículo y los actores que deben impulsar el cambio.
La metodología propone un conjunto de técnicas participativas, que a partir del objetivo de la etapa favorecen su concreción, toma en consideración el tema que se va a trabajar, el nivel de profundización al que se quiere llegar, y los participantes que intervienen. Se ofrecen recomendaciones metodológicas que guían la ejecución de las etapas.
Aporta el diseño de talleres para la determinación de necesidades de aprendizaje, la realización del diagnóstico y la evaluación del currículo; la propuesta de objetivos del diagnóstico integral participativo; así como criterios valorativos para la evaluación del currículo institucional.
Metodología y métodos
La investigación corresponde al paradigma cualitativo. El diseño cualitativo que se elige, es la investigación – acción – participación al pretender esencialmente la transformación de los sujetos y los colectivos, lo que permite la toma de conciencia de su papel en el proceso. Proceder científico aplicado para la realización de la investigación se realiza mediante los ciclos del modelo de desarrollo de la investigación – acción – participación en espiral propuesto por Kemmis y McTaggart (1998); se toma en consideración las propias acotaciones que hacen estos autores sobre la flexibilidad en estos tipos de estudios. Cada ciclo está integrado por acciones específicas, estos son: ciclo inicial, ciclo ingreso en el ambiente, ciclo reflexivo, ciclo aplicación y evaluación, ciclo informativo.
La población está compuesta por los actores de la comunidad educativa: docentes (directivos y no directivos) y no docentes, estudiantes, las familias y la comunidad (organizaciones sociales y de masas, instituciones y entidades económico-sociales).
El tipo de muestra que se emplea es no probabilística; en ese caso se elige la muestra diversa o de máxima variación, al pretender mostrar distintas perspectivas, representar la complejidad del objeto de estudio.
Se utilizaron como métodos el analítico – sintético en la determinación de los rasgos que caracterizan la participación de la comunidad educativa, el inductivo – deductivo en la comparación y análisis de los datos recolectados y sus posibles relaciones, así como en el proceso de codificación y categorización de la información que permite la determinación del sistema de categorías. En cuanto a la elaboración de la metodología para la construcción del currículo con la participación de la comunidad educativa, se emplearon los métodos modelación y el enfoque sistémico estructural funcional.
Las técnicas e instrumentos para la recolección de los datos cualitativos fueron el análisis de documentos y registros, la observación participante, anotaciones y bitácoras de campo, entrevista semiestructurada y grupos de enfoque. Con respecto a las técnicas e instrumentos para el procesamiento y análisis de los datos cualitativos se hizo uso de la bitácora de análisis, la triangulación de datos y la herramienta informática Atlas.ti 9.
Resultados y discusión
A partir de la lógica procedimental de la concepción metodológica de la Educación Popular: partir de la práctica, teorizar sobre ella y regresar a la nueva práctica, se implican a los actores educativos a construir el currículo de su escuela mediante la implementación de una metodología que facilita dicho proceso. Ello permite ejercitar a los participantes en un proceso sistemático, de reconocimiento de las realidades concretas en las que se desarrolla el proceso educativo y en particular la construcción del currículo, así como conducirlos a pensar y reflexionar críticamente, para que puedan enfrentar nuevas y distintas situaciones que la propia práctica exige conocer y transformar.
Se presentan el análisis e interpretación de datos cualitativos obtenidos en el proceso de recolección de la información, la que se expone según la óptica de los participantes a partir de las experiencias vividas en la implementación de la metodología para la construcción del currículo institucional.
En la implementación de la metodología solo se logró abarcar las dos primeras etapas, propiciando las condiciones para poder iniciar el diseño del currículo. En ello influyó la interrupción del curso escolar por el impacto de la pandemia COVID-19 y la dinámica de dos cursos escolares (2020-2021 y 2021-2022) atípicos para el sistema educacional.
El timonel del cambio: los docentes
Para iniciar el camino hacia la construcción del currículo, era preciso no solo imaginar el trayecto (metodología), sino crear las condiciones para que los actores educativos empatizaran con el cambio. Por eso la etapa de sensibilización requirió más del tiempo concebido. Era imprescindible que los actores, principalmente los directivos, comprendieran la necesidad de la transformación, y que mediante la participación de la comunidad educativa se puede conformar el currículo.
En este momento, la vía más certera fue iniciar el diálogo con distintos actores. Identificar aquellos que mostraban resistencia al cambio, y los comprometidos con el proceso de transformación. Estas conversaciones iniciales, permitieron la identificación de fortalezas y limitaciones, estas últimas pudieran constituir obstáculos en el proceso. Se trabajó con los directivos quienes, al ser los máximos responsables de la conducción de los procesos, necesitaban concientizar que debían desaprender prácticas verticales y autoritarias, para aprender métodos que favorecen el consenso, el diálogo, la dirección democrática y sobre todo aprender a compartir el poder.
Las valoraciones de estas sesiones de trabajo se expresan a continuación: “Observé diferentes criterios que van encaminados a perfeccionar nuestra escuela, y cómo al final pudimos llegar a un consenso entre todos”. “Percibí un ambiente favorable, un aire descongestionado porque cada cual tuvo su momento para dar su criterio. Sentí un clima de respeto y de trabajo colectivo”. “Con la ayuda suya (hace referencia a la investigadora) y los criterios que nosotros hemos dado, podemos lograr lo que queremos. Nos está dando herramientas para poder transformar nuestra escuela”. “Por vez primera siento que nos escuchan y podemos proponer cosas, nada fue impuesto”.
Luego se trabajó con las jefas de grado para que junto a su colectivo de docentes identificaran problemáticas a resolver. Al hacer uso de las técnicas participativas se propició la reflexión de los docentes para determinar las causas y efectos de los problemas y proponer soluciones, en las que ellos se implicaran. Aunque no todos se sumaron de la misma manera al proceso de transformación, sí reconocieron la necesidad de hacer profundos cambios para construir el currículo.
Todo ello sucedió a la par de que reflexionaran sobre los aprendizajes, vivencias y experiencias que tienen en la construcción del currículo, y sobre todo aquello que en la práctica había que modificar o requeriría más trabajo y preparación para realizarlo. De ahí que se comenzó un proceso de autorreconocimiento de cada uno de los docentes, para poder determinar sus necesidades de aprendizaje, de manera que pudieran estar en mejores condiciones para construir el currículo.
Luego se convoca a concebir colectivamente el trayecto a transitar (metodología) para construir el currículo. Se precisaron las etapas, los propósitos a lograr, las acciones a concretar, las barreras existentes y que pudieran aparecer, y la manera en que se implicarían a los distintos actores.
La participación de los verdaderos protagonistas del cambio: el estudiantado
En la implementación de la metodología para la construcción del currículo los estudiantes se incluyeron desde el inicio del proceso. Para ello se generó un espacio de escucha y participación denominada Aulas Creativas. Constituía una invitación a soñar el cambio educativo, imaginar la escuela que deseaban habitar. Esta experiencia permitió dar voz a los estudiantes y pensar junto a ellos el proceso de transformación.
Los encuentros fueron conducidos por los profesores guías, quienes recibieron una preparación previa sobre la dinámica participativa que exige este tipo de actividad, mientras que los jefes de destacamento registraban las propuestas realizadas, los criterios quedaron plasmados en un diario. La escuela se organizó diferente, sus pasillos y aulas preguntaban sobre los cambios necesarios a realizar. Algunos de los criterios expresados fueron: “queremos crear nuestro reglamento escolar”, “ser uno mismo, poder expresarme libremente”, “queremos clases creativas”, “poder intercambiar entre grados”, “utilizar el celular en clase”, “queremos una escuela sin bullying”, “cambiar la forma de realizar las evaluaciones”, “necesitamos profesores que nos respeten y sean cariñosos”
Otras de las acciones fue el trabajo con los jefes de destacamento, principalmente en brindarles herramientas para ejercer la autodirección pioneril, fueron interesantes sus propuestas para realizar las elecciones, así como la manera de contribuir con el diagnóstico de la escuela.
El trabajo realizado con los estudiantes evidencia aspectos valiosos sobre sus creencias, opiniones y reflexiones acerca del cambio educativo, la escuela actual y la que aspiran. Fueron ellos los más implicados, mostraron interés desde el inicio sobre las nuevas maneras de hacer, exigieron que cada acción se implementara y se comprometieron a colaborar desde su rol de estudiante.
Los moradores: familias y la comunidad
La escuela se encuentra situada en un contexto en el que habitan las familias de los estudiantes, organizaciones sociales y de masas, instituciones y actores económico-sociales. Era imprescindible que la escuela abriera sus puertas a la comunidad, se insertara en ella y encontrara las fortalezas que el entorno comunitario tiene y puede brindarle para el cumplimiento de su encargo social. El trabajo con las familias solo se centraba en la asistencia a reuniones de padres, y otras acciones con respecto al cumplimiento de deberes escolares, por lo que existían dificultades para implicarlas en el proceso educativo, de igual modo sucedía con la comunidad, con respecto a lograr las alianzas para el trabajo en red socioeducativa.
Varios fueron los intentos por constituir el Consejo de Escuela, muchas veces con una escasa asistencia de los delegados de aula. Ante esta situación se fue a buscar las ayudas en la propia comunidad para poder tejer los vínculos entre la escuela y su entorno comunitario. Se les solicita que identifiquen en la localidad un familiar de alguno de los educandos para que, desde su compromiso ciudadano asumiera la responsabilidad de presidente del Consejo de Escuela, de igual modo la convocatoria a las organizaciones de la comunidad para que integraran el consejo. De esta manera se logra en un primer momento la constitución de este órgano popular.
Se realizaron encuentros con el ejecutivo del Consejo de Escuela, para prepararlos en sus funciones y en la importante responsabilidad que tienen para incorporar a las familias activamente en la vida de la institución educativa y en la organización del sistema de actividades, con el propósito de lograr la unidad de influencias educativas sobre los estudiantes y la elevación de la responsabilidad de las familias y la comunidad en la educación de las nuevas generaciones.
Ante la convocatoria realizada para que acompañaran el camino de la transformación, muchos comprendieron la urgencia y necesidad de su implicación, se mostraron colaborativos al identificar las fortalezas para trabajar de conjunto con la escuela. Otros mostraron cierto escepticismo al referir lo siguiente, “la fase más difícil que veo es la sensibilización, es muy difícil lograr que todos los padres asuman esta tarea. Aquí lograr que los padres se involucren es muy, pero muy difícil”.
Sin embargo, hubo quienes concientizaron su responsabilidad en colaborar con el proceso educativo que realiza la escuela desde su rol como familia, o miembro de la comunidad, así lo expresaba un integrante del ejecutivo del Consejo de Escuela: “es una tarea difícil pero alcanzable, tenemos que buscar la manera de sensibilizar a esos padres que no se interesan, motivarlos a participar”.
Las vivencias de algunos padres en el proyecto Transformar para Educar, constituyó una oportunidad para impulsar la implicación de las familias. Las vivencias de algunos de ellos en los procesos de cambio a partir de la participación auténtica de la comunidad educativa, se mostraban como una esperanza para la transformación.
Las experiencias vividas en la implementación de la metodología confirman que no ha sido concebida para aplicar en un escenario ideal, sin dificultades y obstáculos, ella emerge de un contexto que tiene la condición de ser perfectible y que requiere ser transformado. La metodología en su implementación reconoce el contexto tal cual es, de ahí que una de sus potencialidades es que propicia la búsqueda de soluciones con la participación de la comunidad educativa para resolver las dificultades que presenta la escuela en la construcción de su currículo.
Aunque los resultados son discretos; las vivencias y aprendizajes extraídos en lo implementado de la metodología, resultaron valiosas y permitieron confirmar que, para lograr la trasformación deseada, los sujetos deben primero desear transformarse; ellos no son solos los protagonistas del cambio, sino sus principales conductores.
Conclusiones
La experiencia documentada permitió comprender las relaciones que se establecen entre los actores educativos, los roles que tienen, ámbitos en los que intervienen, experiencias y percepciones instauradas, la funcionalidad de las estructuras, lo que revela la necesidad de producir un profundo desaprendizaje de las prácticas no favorecedoras de la dirección democrática y participativa que requiere la escuela para la construcción del currículo institucional, a partir de la articulación e implicación de los actores educativos.
La metodología para la construcción del currículo sustentado en la Educación Popular, posibilita una progresiva participación de todos los actores de la comunidad en este proceso, a partir de empoderarlos para actuar sobre la base de la cooperación, confianza, reciprocidad y corresponsabilidad. De esta manera se crea una cultura participativa y de relaciones colaborativas, independientemente del rol que desempeñan, lo que influye de forma directa en la cohesión social de la comunidad educativa.
Se han obtenido valiosos aprendizajes de esta experiencia, que pueden ser considerados en el proceso de generalización de la construcción del currículo institucional en las instituciones educativas. La investigación está en correspondencia con las transformaciones educativas al horizonte 2030, en específico, el contexto educativo cubano, al ser uno de los temas trascendentales del Tercer Perfeccionamiento, a su vez responde a los preceptos de la democracia socialista cubana con relación a la conducción de procesos participativos que viabilice la implicación consciente de los sujetos y la toma de decisiones.
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Datos del (los) autor (es)
Atenas Vol.3 Nro. 59 (2022) ISSN: 1682-2749