INTRODUCCIÓN
Para los cubanos los textos escritos por José Martí, constituyen un notable ejemplo, de un producto creativo auténtico que se opone a la cultura de la dominación, al subvertir sus códigos, volviendo la espalda al individualismo, hedonismo y al pragmatismo reinante.
La obra producida por Martí constituye “la expresión del hombre natural de estas tierras, en un proceso de liberación en la conquista de la autenticidad de su ser y su cultura” (Escribano Hervis, E. 2006, p. 19). Y es que su obra escrita responde a un condicionamiento histórico, se ajusta a la época y a su tiempo, es capaz de juzgar la realidad y forjar el futuro, reflejando, los valores culturales del autor, estableciendo referencias específicas, rebasar el conocimiento de quien se adentre en la misma.
Su discurso identitario, alejado de la retórica de un lenguaje teoricista, actúa como agente capaz de movilizar al conjunto social, y como contraofensiva a la decadencia, ética, estética y filosófica, al proponer en su esencia un proyecto cultural alternativo. El estudio y acercamiento a su en su calidad de síntesis de la cultura americana y universal del siglo XIX, puede contribuir a ese proceso de educación de la cultura integral del estudiante universitario.
La lectura y profundización de la obra de José Martí contribuye a la recepción e intercambio con el patrimonio colectivo una suma de conocimientos compartidos por una sociedad, utilizados en la práctica social lo cual lo que se convierten en la plataforma para la continuidad del desarrollo del pueblo cubano.
A tono con lo anterior y a partir del acercamiento profundo al legado martiano se revelan algunas ideas sobre cómo estimular la formación cultural del graduado de las carreras pedagógicas en la Educación Superior desde los componentes que inciden en su formación.
DESARROLLO
La obra escrita que lega Martí, abarca la amplia y disímil producción textual hasta hoy recuperada, que incluye desde las epístolas, versos, diarios, crónicas, críticas periodísticas, discursos etc. Esta literatura goza “de la áspera originalidad de su propio idioma, y su bronco talante” (Fernández Retamar, R. 1999, p. 423), y por mérito propio se erige entre lo mejor escrito en la lengua de Cervantes.
Martí, tomó la forma e hizo del lenguaje y de la estética una estructura formal para llenarla de un contenido vinculado al ser humano, a las posiciones que este asume en determinado contexto y situación, a la naturaleza, a su forma de ver la vida; a él le interesa sobre todo que el escritor y su obra sean mesurables. Su literatura estaba comprometida con la causa a la que se entregaba.
Otro mérito de la obra de José Martí está en la naturalidad expresada en su fidelidad a la historia, a lo que está en su raíz, esencia genuina de la nacionalidad cubana; y su modernidad, pues Toda su obra en prosa y en verso, en sus discursos, sus ensayos, sus poemas, sus artículos, sus diarios y sus cartas, en todo lo que escribió, está llena de gérmenes nuevos que anuncian las corrientes y las direcciones que va a seguir en su desarrollo posterior la literatura en América (Onís, F. 1968, p. 624),singular comentario reconoce en Martí su carácter de iniciador y fundador.
La obra de José Martí, alcanza una visión totalizadora del hombre y la sociedad, se convierte en instrumento útil para preparar, enaltecer, dignificar al ser humano, en una relación pasado – presente, que no se limita a comprender el presente por el pasado; va más allá, se plantea conocer el pasado para prever y moldear el futuro.
En la obra de José Martí, el hombre aparece como sujeto y objeto del progreso social, visto en dos dimensiones esenciales: la creación de sí mismo; y la creación de las condiciones sociales para su existencia en el seno de la sociedad, tanto desde el punto de vista espiritual como material.
Para él, el desarrollo del hombre como sujeto insertado en una sociedad, las relaciones que establece este con el entorno social y natural, el desarrollo de sus fuerzas creadoras, así como la manera en que este alcanza su autorrealización, constituyen el verdadero contenido de la cultura.
La integralidad, rasgo distintivo de la cultura en José Martí, que se expresa en toda su obra a partir de la armoniosa conjugación que establece entre los elementos que conforman las tres dimensiones, nace de su visión amplia de la realidad, del hombre y de la sociedad, del conocimiento de naturaleza; se manifestó en el estudio de todos los aspectos de un fenómeno en particular y de sus relaciones con otros, como una genuina interpretación revolucionaria de su tiempo.
La amplitud de la obra martiana, es un potencial inacabable para el proceso formativo del estudiante y por ende una influencia eficaz para la educación de la cultura integral. En ella se destaca la manera particular que tuvo Martí de asimilar lo mejor de la cultura universal, y especialmente la hispánica, logrando unificar los valores que de esta se generan, para hacerlos suyos en su naturaleza humana.
Esa capacidad de asumir lo universal entramado con lo propio, y ofrecer algo autentico y original concierne un acto de análisis y creación porque José Martí, fue en su siglo un verdadero intérprete del complejo y polisémico fenómeno de la cultura en sus múltiples dimensiones. Las aproximaciones y la manera en que aborda en su obra escrita asuntos vinculados a temas culturales, confirman la comprensión del lugar que le asignó a la cultura en el desarrollo del ser humano.
Dos de las finalidades de la cultura son: garantizar la “continuidad” de una comunidad y otorgar “sentido” a la totalidad de su existencia. El otorgar relevancia a la continuidad introduce lo temporal, lo histórico, la necesidad de concretar un traspaso cultural de una generación a otra, la existencia de una tradición factible de ser transgredida (o no), la presencia de una identidad básica y de una memoria colectiva.
La cultura como un proceso, es asimilada, interpretada y se adquiere de las condiciones existentes que asume cada individuo y cada generación en la etapa histórica que les corresponde vivir. Por ser un fenómeno social permite revelar el grado de desarrollo de la sociedad.
Existen variadas posiciones para enfocar la cultura desde los diversos enfoques filosóficos, el marxismo aporta, desde la comprensión sistémica de la actividad humana los fundamentos esenciales para su interpretación dialéctica materialista, que se revela de la siguiente manera:
- La relación del hombre con la naturaleza.
- El sistema de relaciones sociales, condicionado por la historia y la cultura. (Con todo lo que esto implica dentro de estas correlaciones).
Este elemento que aporta el Marxismo constituye un referente para los estudios de carácter social y humano. En esta perspectiva debe ser estudiada y aplicada la obra martiana a las condiciones del nuevo siglo en Cuba y América Latina.
Se asume este enfoque para el análisis de la concepción de la cultura en la obra de José Martí lo que permite después proyectar un trabajo con la misma.
La relación hombre - naturaleza en la obra de José Martí.
La evolución de los estudios sobre el significado del término cultura señalaba, desde los finales del siglo XVIII la contraposición a la naturaleza. Cultura y naturaleza aparecen como dos términos contrapuestos, especialmente a partir de que el primero es una herencia no biológica y excluyente de la segunda.
Sin embargo en Martí, “Las contradicciones no están en la naturaleza, sino en que los hombres no saben descubrir sus analogías.” La naturaleza está colocada en la base misma de la cultura, como fuente de conocimiento así como vía para el desarrollo del hombre, en contacto directo con ella, él puede encontrar la belleza, y constituye la máxima inspiración para el arte y la literatura.
En la historia humana, la naturaleza es una condición indispensable del desarrollo social y, por consiguiente, del desarrollo cultural. Martí coincide con el pensamiento hombres que aportaron al desarrollo de las ciencias modernas y abogaron en sus obras la necesidad de conocer, cuidar y vivir en armonía con todos los elementos de la naturaleza para garantizar la supervivencia de la civilización.
La naturaleza para él, abarca toda la realidad, la sociedad, el entorno y el pensamiento humano. Su pensamiento filosófico, concepciones sobre la ciencia, la literatura, la educación y otras esferas de la creación están influidas por su percepción sobre la Naturaleza.
Considerada “naturaleza” el espacio natural donde el hombre creó la cultura y las condiciones sociales de existencia, y estas a su vez completaron su dimensión humana, pues permitieron el desarrollo de sus potencialidades y crearon nuevas fuerzas en él.
Por una parte, la madre nutricia naturaleza le confirió al hombre su esencia universal mientras que en su interrelación con otros hombres y con la propia naturaleza, se creó una segunda naturaleza, que se materializó como cultura y sociedad en íntima relación dialéctica. Desde sus primeros escritos hasta los realizados próximos a su muerte su obra está cuajada de textos que abordan el vínculo hombre-naturaleza.
La relación hombre - sociedad en la obra de José Martí.
En la obra escrita legada por José Martí, existen algunos elementos que revelan su concepción sobre el proceso de autoformación del hombre; sobre este particular se puede establecer varias direcciones, una de ellas encaminada a la distinción de aquello específico, lo que adquieren los sujetos por estar insertado en una determinada sociedad.
Lo específico está vinculado a lo post adquirido, a la influencia que ejerce el medio sociocultural, que le es ajeno a su voluntad, y ya está preestablecido por las generaciones (hábitos, costumbres, lengua, religión, la ciencia, la tecnología, las artes el saber tecnológico, las formas de organización de la sociedad).
Este elemento le permite explicar cómo las diferencias de orden sociocultural de los pueblos no están dadas, en las diferencias que existen entre los hombres sino por las circunstancias y el contexto en el que se desenvuelve.
La comprensión cada vez más profunda de los fenómenos socioculturales se interrelaciona, por supuesto con la concepción del hombre y la influencia de la sociedad en la conciencia humana; pues esta participa en de completamiento del proceso la humanización del mismo.
Por las mismas razones un hombre es, lo que su pueblo pone en él, por lo que el hombre se debe a él y a la humanidad, pues es reflejo, un producto, y vive en lo que coincide o se opone a su época, es un átomo de la raza, de la cultura como patria mayor, de la cual es depositario y por cuyas cualidades brilla.
En su obra se revelan los estudios y análisis que realizó de diversas sociedades y civilizaciones le permitieron percatarse de la existencia de una relación dialéctica entre el desarrollo cultural de los pueblos y el disfrute en mayor o menor medida de la libertad, por lo que proclama que el único modo para alcanzar aquella, era ser cultos.
Tanto cultura y libertad son ubicadas como un par de categorías que aportan información para valorar el dominio que tiene el hombre de sus condiciones de existencia históricas concretas, es decir para medir el grado de desarrollo humano alcanzado por una sociedad. Considera el aporte material y cultural en las distintas civilizaciones y de los hombres en diferentes períodos de desarrollo de la sociedad, como el resultado de la gran obra humana, esa herencia universal, no importa su dimensión; pasa por un examen crítico, y solo lo que considera valioso, lo útil a su patria será incorporado en él y así lo refleja en su obra.
La imagen que tiene el hombre de sí mismo en la obra de José Martí:
Para Martí cada hombre como especie genérica, tiene necesidades e intereses, hacia cuya satisfacción dirige su actividad práctica transformadora, pues “de ella depende su vida, y sentimientos y valores que funcionan como leyes del espíritu que rigen al igual que las que actúan en la naturaleza física, su quehacer, incluyendo su autotransformación”. (Miranda, O. 2003, p. 121)
Por eso en su concepción libera a los seres humanos de cualquier tutela o voluntad divina, y aunque para él, el espíritu humano se rige por las mismas leyes comunes a todos los hombres, estas leyes no se manifiestan de igual manera en todos los individuos.
Cuando el hombre logra conocer en mayor grado las condiciones de su existencia a partir de la elevación de su cultura teórica-práctica, alcanza el dominio sobre su ser, lo cual se expresa como el control sobre su conciencia, y logra actuar con libertad sobre la base del conocimiento de la realidad objetiva. Por otra parte resulta imposible ser libre, sin que se dominen las condiciones histórico- concretas, es decir, sin ser culto. La cultura está asociada a la felicidad y a la vida plena de los hombres.
El proceso de formación del estudiante de carreras pedagógicas en la Universidad de Matanzas.
El proceso de formación del profesional se ha valorado como el proceso que de modo consciente se desarrolla en las instituciones de educación superior, a través de las relaciones de carácter social que se establecen entre sus participantes, con el propósito de educar, instruir y desarrollar a los futuros profesionales, sistematizando y recreando de forma planificada y organizada la cultura a cumulada por la humanidad, y dando respuesta con ello a las demandas de la sociedad. La formación inicial del profesional de la educación se asume como el proceso de apropiación de conocimientos, habilidades, valores y métodos de trabajo pedagógico que prepara al estudiante para el ejercicio de las funciones profesionales pedagógicas y se expresa mediante el modo de actuación profesional que va desarrollando a lo largo de la carrera. (Chirino Ramos, M. V. 2002, p.1).
En esta formación se destaca el carácter personalizado y el social de la misma, ya que la concientización por el sujeto de sus propios recursos, y las necesidades de potenciar su propio desarrollo ocurren en el sistema de interacciones que realiza el mismo con los diversos escenarios sociales. Las actividades que se diseñen durante esta etapa de formación inicial alrededor de problemas pedagógicos para abordar en el proceso de enseñanza – aprendizaje, además de dotar al estudiante de conocimientos de pedagogía, didáctica y otras ciencias de la educación, debe favorecer la formación de una cultura que se distinga por su integralidad.
La formación integral de la personalidad se identifica entre los objetivos más importantes al que se le debe prestar atención en la Universidad. En esta línea se asume que la formación de maestros y profesores en Cuba, como profesional universitario, es considerada un proceso de formación integral. (…) emerge el hecho de que esta formación se dirige a movilizar todo el potencial regulador y autorregulador de los sujetos implicados, al desarrollo de sus motivaciones, habilidades, capacidades y valores profesionales. Es un proceso de construcción y reconstrucción de su subjetividad, orientado al alcance de niveles superiores de desarrollo, a un crecimiento personal y profesional en relación con las demandas que la sociedad le plantea. (Paz Domínguez, I. M., Venet Muñoz, R., Ramos Romero, G., Márquez Rodríguez, A. & Orozco Hechavarría, O. 2011, p. 29).
Las influencias educativas que realizan en el marco universitario y en la escuela los docentes son intencionales, sistemáticas y profesionales y se dirigen a la asimilación y reproducción de contenidos socialmente valiosos, al mismo tiempo que ocurre este proceso, se está propiciando la formación y desarrollo de su personalidad, que es indivisible e irrepetible, expresión de un proceso de apropiación individual.
Esta educación de la cultura general integral, no debe verse solo como la visión restringida con que algunos profesores intentan definir y dimensionar el término, limitando a enunciar una sumatoria de conocimientos y habilidades de las cuales debe apropiarse el sujeto, sino como la preparación integral para que el individuo alcance la felicidad, a través del disfrute y enriquecimiento del patrimonio cultural acumulado, que tiene como fundamento la lengua materna y se extiende a toda la creación material y espiritual de la humanidad, desde la relación con el medio natural hasta los productos de la ciencia y el arte. La integralidad de la cultura, orienta en el sujeto todo su devenir, normando de una forma u otra, toda su conducta y actuación; expresa en qué medida cada individuo se apropia del contenido de las diferentes esferas de la cultura y los integra; y se manifiesta en la participación que tiene el individuo en la vida social y política, por lo que no debe verse excluida del marco de la actividad práctico-espiritual que desarrolla cada persona.
Martí afirmó que “Al mundo nuevo corresponde la Universidad nueva (…) Es criminal el divorcio entre la educación que se recibe en una época, y la época’’ (Martí, J. 1975, tomo VIII, p. 281). Desde esta idea se puede afirmar que estos son tiempos de cambio, momentos para la reflexión y la búsqueda de mayor efectividad en los procesos formativos.
Se ha expresado que la misión de la universidad moderna es “Preservar, desarrollar y promover la cultura de la humanidad.” (Horruitiner Silva, P. 2011, p. 6). A diferencia de otras instituciones posee todas las condiciones para ello y puede lograr una mayor integralidad en este propósito.
Tres son los procesos sustantivos que inciden en la formación universitaria y que a su vez viabilizan el logro de su misión: a saber: formación, investigación y extensión universitaria.
Según Horruitiner:
Cualquiera de esas acciones mencionadas en la misión se logra plenamente cuando a ella se integran estos tres procesos sustantivos, con independencia de cuál de ellos se signifique por sobre los demás.
Así por ejemplo, en la formación hay un proceso evidente de preservación de la cultura. Unido a ello, está igualmente presente el desarrollo de la cultura, ya que sin investigación no hay formación real posible. De igual modo, la verdadera formación supone además, que el profesional sea un promotor de la cultura de su profesión. La extensión universitaria es también consustancial al proceso de formación desarrollado en las universidades, sin lo cual no es posible lograr ese objetivo.
Similares razonamientos pueden hacerse para la investigación y para la extensión. La integración dialéctica de los tres procesos sustantivos antes mencionados constituye la garantía del cumplimiento de la misión de la universidad actual, planteada del modo en que se hizo anteriormente. (Horruitiner Silva, P. 2011, p. 8).
A tono con lo anterior es necesario tener en cuenta los aspectos que desde la perspectiva martiana son válidos y se erigen, como fuente de imprescindible consulta para la formación profesional pedagógica en Cuba porque:
a) La existencia de claves pedagógicas para la formación martiana del profesional de la educación parte de sus consideraciones, aseveraciones y afirmaciones teóricas sobre el carácter educativo del proceso de la formación del hombre nuevo; de un sistema de saberes generalizados y sistematizados a partir de determinados aspectos de la realidad política, económica, social y filosófica de Cuba y de América reflejados en su vida y obra.
b) La formación martiana de los futuros profesores exige que estos puedan enseñar a aprender a sus estudiantes como hombres creadores “con ciencia y con conciencia” y este empeño posee fuente inagotable en la vida y obra del Maestro Mayor desde consideraciones muy particulares, entre otras: lenguaje y comunicación; patria y justicia; belleza y axiología de la acción; virtud y felicidad; verdad y derecho; estética y política; conducta y moral; historia y poesía.
c) El método pedagógico martiano para formar un hombre nuevo prioriza su propuesta del diálogo constante, persuasivo y afable a favor de la comunicación y para el convencimiento de multitudes; la unidad de la enseñanza de la ciencia con la educación de los sentimientos; la relación de lo cognitivo con los afectos y las motivaciones y la unidad entre los conocimientos adquiridos con la práctica sistemática del futuro profesor.
d) Sus códigos comunicativos y la relación entre el querer y el saber, es decir, entre el porqué y el para qué de la actividad como proceso y sus fines más concretos hacia proyectos de vida duraderos y formadores, son revelados por el Maestro Mayor en su vida y obra desde una proposición que defiende reiteradamente: la cultura como eje integrador de todo acto humanista y la importancia de los sentimientos más elevados para alcanzar la felicidad reflejados y traducidos en: el amor, la virtud, el decoro y la honradez. (Rodríguez del Castillo, M. A., Buenavilla Recio, R., Del Sol López, M. A., & Piñera Concepción, Y. 2011, p. 22).
En consecuencia la utilización de la obra martiana con el fin de estimular la formación cultural en la Educación Superior Pedagógica debe concebirse como un sistema coherente en el que las acciones propuestas – aunque diferenciadas y precisas - respondan al fortalecimiento de los diferentes procesos sustantivos. Por ejemplo para el proceso formativo es factible considerar las siguientes direcciones:
- Superación de los docentes. Dirigida al diseño de acciones que contribuyan a proporcionar la preparación teórica y metodológica para el trabajo con la obra martiana en correspondencia con las demandas de los niveles educacionales en los que se insertan los estudiantes. Cursos de capacitación y talleres científico metodológicos.
- Currículo universitario. Desde esta dirección se pueden potenciar acciones que permitan la vinculación de la obra martiana con los contenidos de las diferentes disciplinas y asignaturas a partir del trabajo de estos colectivos y el colectivo de año. Permite la creación de cursos para el currículo propio o cursos optativos / electivos en las diferentes carreras considerando las particularidades del objeto de la profesión.
- Práctica laboral. Trabajo con los documentos que norman el estudio de la vida y obra de José Martí en la escuela cubana. (Guía para los maestros de las Aulas Martianas, creación de las Cátedras Martianas, los cuadernos martianos en los diferentes niveles, etc.).
- Estrategia curricular. Desde ella se pueden potenciar y determinar las acciones para el tratamiento sistemático de la vida y obra de José Martí y su incorporación a las estrategias educativas de carrera y año.
- Festivales de clases. Es la clase el escenario donde los estudiantes pueden poner de manifiesto los conocimientos y las habilidades adquiridas sobre esta temática y su vínculo con los programas de la escuela.
En el área de la investigación o la actividad científica pueden tenerse en cuenta las siguientes direcciones:
- Proyectos de investigación. Esta dirección permite incentivar a los estudiantes hacia la selección de temas de investigación relacionados con la figura del Apóstol y propiciar su incorporación a estos proyectos de investigación.
- Eventos científicos. Propician la asistencia a eventos provinciales, nacionales e internacionales donde se los estudiantes divulguen los resultados obtenidos en esta área investigativa. (Por ejemplo el Evento Provincial “José Martí en la escuela cubana”).
- Publicación de artículos científicos. Es una dirección esencial en la formación cultural mediante la obra de José Martí. Los estudiantes de perfil pedagógico podrán insertar artículos propios en revistas como “Joven educador” de la Universidad Pedagógica Enrique José Varona, “Atenas” de la Facultad de Ciencias Pedagógicas de la Universidad de Matanzas y el periódico “El universitario” del mencionado centro de Educación Superior.
- Trabajo científico estudiantil. Es una herramienta para la identificación, diagnostico y solución de problemas relacionados con la vida y obra de
José Martí en la práctica educativa mediante las diferentes vías y responde a las necesidades sociales.
Desde la extensión universitaria se propone el trabajo con la obra producida por José Martí en diferentes direcciones.
- Área de promoción y divulgación.
- Trabajo Comunitario.
- Promoción lectora.
- Diálogo entre generaciones.
- Apreciación y creación artística.
- Concursos.
- Visitas a lugares históricas.
Promoción y divulgación: Refiere todo el trabajo que se desarrolla desde la radio base y otros espacios para dar a conocer el pensamiento, acontecimientos vinculados a la vida y obra de Martí, Refiere el trabajo que se desarrolla con espacios alternativos en la Web, blog, páginas, etc. Trabajo Comunitario: Se relaciona con todo el trabajo que se desarrolla en la comunidad con los diferentes agentes de la misma, las charlas y actividades variadasque se realizan con la escuela y familias.
Promoción literaria: Agrupa las actividades de presentación de libros, las lecturas martianas, las mesas redondas, los espacios creados para debatir sobre los textos en Ferias y Festivales asociados al libro y la lectura.
Diálogo entre generaciones: Refiere a todas las actividades de intercambio que realizan los estudiantes con asiduos investigadores de la obra de José Martí.
Apreciación y creación artística: Se relaciona con las galas, espectáculos, actos, matutinos o actos creativos donde se que se recurre a la obra martiana y se plasma la misma artísticamente o se tienen en cuenta los criterios que sobre el arte él ha expresado.
Concursos: Refiere a todas las convocatorias que se hacen para valorar la vida y obra producida por Martí o representar la misma de manera creativa. (El concurso Leer a Martí convoca la participación de estudiantes de todos los niveles educativos y que garantiza además la publicación impresa de los trabajos ganadores a nivel nacional).
Visita a lugares históricos: Incluye los paseos y visitas a lugares que guardan vínculo con la vida e historia de José Martí.
Estas direcciones para el trabajo con la obra martiana y desde ella, conforman un sistema dialéctico para allanar el camino de la pedagogía criolla hacia la integración con los avances de las ciencias modernas, en el alcance del progreso de la educación y la cultura, con un sistema de acciones favorables al proyecto nacional de formar un hombre nuevo que piense, actúe, creé y se supere a sí en cualquier contexto.
CONCLUSIONES
Los aspectos teóricos analizados permiten determinar que el trabajo con la obra de José Martí constituye un estímulo a la formación cultural de los estudiantes universitarios en la actualidad. En el caso específico de los que estudian carreras pedagógicas este proceso asume la particularidad que debe ser ordenado, sistemático y contentivo de un mensaje que lleve las virtudes e ideas más profundas del Apóstol sobre la formación del hombre, al perfil profesional de cada carrera.
En la concepción actual de las carreras y los diferentes modelos del profesional se precisan los objetos, problemas profesionales, objetivos, habilidades, funciones y las cualidades que debe poseer el futuro egresado. En este último aspecto se destaca la importancia de la cultura del profesional como herramienta vital en la conducción de los procesos formativos y fortaleza indiscutible en el trabajo con las nuevas generaciones. Para intentar conseguir este fin se socializan las direcciones que a juicio de los autores responden y pueden garantizar la eficiencia de los procesos sustantivos universitarios, la apropiación por los estudiantes de una cultura más integral, de la esencia humanista de José Martí y de este modo hacer efectiva la misión encomendada a la universidad cubana.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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Rodríguez del Castillo, M. A., Buenavilla Recio, R., Del Sol López, M. A., & Piñera Concepción, Y. (2011). El ideal estético de formación profesional pedagógica: reflexiones desde el pensamiento de José Martí. Curso 60 Pedagogía 2011. La Habana: Sello Editor Educación Cubana.